Tras la reintroducción del oso en el Pirineo y del lobo en Cataluña, los naturalistas se muestran partidarios de recuperar en los hábitats pirenaicos al lince boreal, una especie que se extinguió en estas montañas a principios del siglo XX, sobre todo por la persecución humana. El lince boreal, también conocido por «lobo cerval», podría reaparecer en los Pirineos procedente de los Alpes o del macizo central francés, como ha ocurrido con los lobos en Cataluña, donde hallaría áreas forestales amplias y con abundancia de presas (liebres, corzos y rebecos) con las que asegurar su supervivencia.
Se está estudiando desarrollar un plan estratégico de conservación transfronterizo de este gran felino entre Francia, España y Andorra, y empezar a trabajar en la educación y concienciación social hacia esta especie, sobre todo con la población ligada al medio rural y los gestores del medio natural.
Aunque la especie se considera extinguida en los Pirineos desde finales del siglo XIX o principios del XX, en los últimos años en Cataluña se han recogido citas de naturalistas, cazadores y guardas, sobre todo a partir de 1990, todas con una cierta credibilidad, que mantienen la incertidumbre sobre la presencia del lince en el territorio pirenaico. El lince podría llegar de nuevo al Pirineo porque tiene espacio y alimento para poder sobrevivir en estas montañas.
El lince boreal, de mayor tamaño que el lince ibérico, que habita el sur de la península, lo único que necesita son bosques, una mínima tranquilidad y abundancia de presas, y lugares así hay muchos en el Pirineo y el Prepirineo. El lince es una especie extinguida en Cataluña y por lo tanto sería bueno que algún día volviese, siempre con la participación y el consenso con el territorio. Aunque en estos momentos no hay un proyecto de reintroducción del lince, sería positivo por muchas razones, ecológicas, sociales y económicas, pero en todo caso no se pueden reproducir errores que se han tenido con algunas reintroducciones en el pasado.
La recuperación del lince no tiene por qué suscitar conflictos con los residentes en las zonas pirenaicas por su conducta esquiva, sus preferencias alimentarias por presas silvestres de espacios forestales y sus bajas densidades, además de no existir ningún riesgo para las personas.
En Suiza y en Francia viven muy cerca de poblaciones y no tienen ningún tipo de problema porque el lince es esquivo, rehuye totalmente de la presencia del hombre y nunca entraría en un pueblo o en una ciudad. La decisión de hacer un proyecto de reintroducción directa del lince es un tema de la administración, aunque debería plantearse a medio plazo, porque ahora hay otras especies amenazadas más prioritarias, como el turón, por ejemplo. Si el lince regresa en breve de forma natural, como el lobo, se deberá hacer un seguimiento y asegurar su conservación y mejora de sus poblaciones en el Pirineo. El lince no tiene la misma posibilidad de dispersión que el lobo, pero si se expande por Francia, ¿quién dice que algunos ejemplares no lleguen al Pirineo francés y luego vengan a la vertiente sur? ¡Quizás ya han llegado!.