Pero se convirtieron en ásperas tierras por la avaricia de un pastor llamado «Palafox», dueño de estas tierras. Un día de verano que hacía mucho calor unos pastores fueron a pedirle que dejara pastar a sus rebaños y por la noche el pastor los asesino para quedarse con sus ganados. Esto provocó que el lago se tiñera de rojo y las tierras también, entonces toda la tierra empezó a moverse y enterró al pastor con sus rebaños, convirtió los prados en rocas y desbordó el lago, provocando su agua un profundo valle, siendo este el de Ordesa.
Se dice que en la noche de San Juan, todavía se oyen los lamentos del pastor entre las piedras y las grietas del lugar.