La nutria (Lutra lutra) es un mamífero carnívoro que pertenece a la familia de los mustélidos. Su cuerpo es grande, esbelto y ligeramente aplanado, mide entre 59 y 85 cm, a lo que hay que añadir la cola, que es ancha en la base y afilada en el extremo. Ésta mide entre 25 y 60 cm., es decir, más de la mitad de la longitud de la cabeza y el cuerpo juntos. Tiene unas patas cortas y entre sus dedos existe una membrana interdigital (especie de tejido que une los dedos) que ocupa toda su longitud.
El pelo es lustroso, espeso e impermeable, el color en la espalda es pardo oscuro, más intenso en el lomo que en las extremidades, y en el vientre es gris, menos en la garganta que es de color blanco sucio.
Los machos suelen ser de mayor envergadura que las hembras.
Su dentadura consta de 36 dientes, teniendo en la mandíbula superior 6 incisivos, 2 colmillos, 8 premolares y 2 muelas y, en la inferior, 2 premolares menos. Si una nutria mordiera una pechuga de pollo, la distancia entre los orificios producidos por los colmillos superiores sería de 2 cm.
Las nutrias suelen vivir entre ocho y quince años.
En las huellas de la nutria, se aprecian 5 dedos con uñas, son muy características y fáciles de reconocer. La delantera mide entre 6 y 7 cm. de largo por 5 ó 6 cm. de ancho y las traseras son más largas, midiendo entre 6 y 9 cm. La membrana interdigital sólo quedará impresa si la nutria saltó sobre algún suelo blando, asimismo en el resto de las huellas, podría faltar la impresión de los dedos interiores. Se parecen a las de tejón, pero los dedos y las uñas son más cortos. En la nieve, a menudo la cola deja un rastro continuo. Dependiendo del paso que lleve el animal, nos encontraremos diferentes conjuntos de huellas; la impresión más frecuente que se observa corresponde al trotecillo o paso normal.
Los excrementos normalmente son viscosos, sin forma determinada, y están recubiertos por una espesa capa de mucus. Cuando son sólidos miden 1 cm de diámetro. Si están frescos son de color negro o pardo verdosos brillantes y al envejecer se vuelven grises y ocasionalmente blancos. Tienen un olor a grasa o aceite de pescado, muy persistente y característico. Son depositados en el agua, en sitios elevados de las orillas o sobre piedras que sobresalen del cauce (muchas veces en una piedra blanca), siempre en el mismo sitio, donde se puede juntar un buen estercolero. El contenido de las heces puede estar compuesto por escamas, espinas de peces, conchas de cangrejo, huesecillos de aves, roedores, batracios, restos de insectos, etc.
Emite varios tipos de sonidos como silbidos, una especie de grito similar a una risa, bufidos y algo similar a un estornudo.
Hábitat y distribución
Su hábitat preferido está situado en las orillas de los ríos bordeadas por bosques, vegetación espesa o paredes de piedra. Le gustan las aguas cristalinas con fondos pedregosos.
El territorio de los machos puede abarcar unos 15 km. de río, recorriéndolo cada 3 ó 4 noches. El de la hembra es menor, ocupando unos 7 km. de río. Dentro de cada territorio no permiten cazar a ningún otro animal, ni siquiera a sus congéneres.
Utiliza una especie de toboganes, lustrosos y brillantes, para descender desde las pendientes altas y resbaladizas que terminan en el río.
Su madriguera suele estar ubicada al borde del agua, aprovechando cuevas naturales, madrigueras abandonadas, entre la maleza de las isletas de los ríos, etc.; disponen de una abertura para mantener ventilada la guarida. El suelo del nido suele estar compuesto por hierba seca, o bien con musgo y hojas. En ellas se suelen encontrar deyecciones, y si hay crías dentro, tienen un olor desagradable y penetrante.
Fuera del periodo de cría, la nutria no tiene domicilio fijo, valiéndose de diversos refugios temporales para descansar o pasar algunas noches. El nido de cría suele situarlo en arroyos laterales, protegidos de una posible crecida del río.
Su distribución es muy irregular, falta en los ríos contaminados, por lo que se va relegando a zonas montañosas frecuentemente con muchas lluvias.
La presencia de la nutria en un río es el mejor indicio que tenemos sobre el buen estado de un cauce fluvial. Por desgracia la contaminación de los ríos, los basureros incontrolados que en cada pequeña población se arrojan al monte y acaban en el agua, la corta de árboles y vegetación de las riberas, la lejía y el sulfato que utilizan los furtivos en la pesca de truchas, y otras agresiones que sufren nuestros ríos, están haciendo que este animal disminuya año tras año alarmantemente su población, estando ya incluida como especie vulnerable en el Libro Rojo de los Vertebrados Españoles publicado por ICONA en 1992. Está catalogada como de «interés especial». Ésta especie está protegida por el Convenio Internacional CITES, en el cual se cataloga como de inminente extinción a causa del comercio por lo que lo prohíbe explícitamente. También aparece recogida en el Anexo II del Convenio de Berna, entre los animales cuyo peligro de extinción es grave y requiere especiales cuidados para su recuperación. Por otro lado aunque se le acusa de alimentarse de truchas, lo cual es cierto, también lo hace y en gran parte de peces, ranas, culebras y anguilas, que a su vez son también predadores de truchas y mucho más numerosos que la nutria, con lo cual colabora enormemente al equilibrio biológico de los cauces, no permitiendo la superpoblación de esos otros animales que se alimentan casi única y exclusivamente de las truchas y de sus crías.
El período de celo puede tener lugar en cualquier época del año. El comportamiento de la nutria cambia en esta época, pues se vuelve más diurna, se olvida de las precauciones cotidianas y los machos emiten unos sonoros silbidos por la noche, circunstancias que nos ayudan enormemente para localizar la presencia del animal en un curso de agua. Durante este periodo, la pareja de nutrias siempre va unida, comienzan los juegos que preceden a la cópula, en los que se persiguen en el agua y a continuación, copulan silbando penetrantemente.
Tras el coito, tienen un periodo de gestación de 9 semanas aproximadamente.
El parto puede tener lugar en cualquier mes, pero en primavera o a principios de verano es cuando se produce el mayor número de ellos, y dentro de este periodo, mayo es el mes más frecuente.
Normalmente nacen 2 ó 3 cachorros, si bien puede haber alguna camada de hasta 6 crías.
Al nacer las crías tienen los ojos cerrados y no los abrirán hasta pasadas 4 ó 5 semanas. Cuando las pequeñas nutrias cumplan las 7 semanas, se aventurarán por primera vez fuera del cubil, y a las 10 semanas, jugarán confiadamente por los alrededores. La madre les enseñará a nadar llevándolos en su espalda hasta la mitad del cauce y dejándolos allí para que vuelvan hasta la orilla solos. Seguirán mamando hasta que cumplan las 14 semanas, y cuando los cachorros cumplan unos 6 u 8 meses, abandonarán a la madre para iniciar una vida independiente.
Alimentación y costumbres
Su dieta está compuesta principalmente por peces, y en menor medida por ratas de agua, sanguijuelas, escarabajos de agua, caracoles, cangrejos, ranas, culebras, anguilas, insectos, aves acuáticas con sus polluelos y puestas, y también alguna fruta (manzanas, etc).
Come en las orillas de los ríos, y allí donde comió se pueden apreciar restos de colas y espinas de peces, trozos de ranas y culebras, etc.
Suelen capturar a especímenes con taras o enfermos, con lo que contribuyen a que las especies supervivientes sean las más robustas y sanas.
Las nutrias se establecen en una zona determinada, aunque cada cierto tiempo cambian de territorio en busca de alimento.
Normalmente están activas desde el atardecer hasta el amanecer, pudiendo ser observada durante el día en lugares no frecuentados por el hombre.
Comienzan su actividad al oscurecer, al salir se asean mediante fuertes roces contra alguna superficie áspera, luego cada nutria recorre en solitario (menos en el celo y las hembras durante la crianza) los cursos de agua a contracorriente y realizando tramos del trayecto por tierra. Cuando regresa lo hace a favor de corriente, dejándose llevar por la misma y bordeando los rápidos y las corrientes por tierra (lugares idóneos para observar sus huellas).
Juegan en unos revolcaderos, situados en zonas arenosas de los márgenes de los ríos, deslizándose por toboganes, y pudiendo llegar a juntarse varios ejemplares.
Cuando por causa de las lluvias, el río crece, busca refugio en la espesura del monte, entre la vegetación de las isletas, o en guaridas abandonadas por otros animales.
Acude a pequeños riachuelos cuando se secan, para alimentarse de ranas y peces que quedan allí aislados.
Cuando está fuera del agua se desplaza a saltos, lentamente, y por el río, va haciendo zig zag de una orilla a otra, jugando constantemente.
Tienen una buena vista bajo el agua (mejor que fuera de ella), y el oído y olfato son muy finos y sólo los utiliza fuera del agua.
Es una gran nadadora y buceadora; puede permanecer hasta 3 minutos dentro del agua, siendo lo normal que realice unas inmersiones de 30 segundos.
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FUENTE: faunaiberica.org