“Piedras y Penas” recoge la importancia de las obras de hidrogeología
El documental “Piedras y Penas en tiempos del Patrimonio” recoge la importancia que tuvieron y continúan teniendo en la actualidad las obras de hidrogeología forestal que se realizaron en numerosos puntos del Pirineo aragonés entre finales del siglo XIX y principios del XX. Un duro e importante trabajo para conservar el monte y proteger inmuebles y núcleos poblacionales que, según los obreros que lo realizaron, “no se ha captado y trasmitido bien su trascendencia”. Esa es precisamente la intención del autor del DVD, Carlos Tarazona, que rescata las obras realizadas en el Alto Gállego y las narra a través de los recuerdos de quienes participaron en ellas.
La nueva entrega de Tarazona es como una segunda parte del documental “Pinos y Penas en tiempos del Patrimonio”, en el que recogió el proceso y los problemas que generaron en la cordillera pirenaica, concretamente en el Alto Gállego, las reforestaciones llevadas a cabo por el Patrimonio forestal, entre 1951, fecha en la que llegó al Alto Gállego el organismo forestal del Estado, y 1970, año en que desapareció.
La duración del documental es de 43 minutos y está dividido en tres grandes apartados: las obras de corrección de barrancos, las de contención de aludes y las pistas forestales.
Cada apartado, como indicábamos, cuenta con los testimonios de los albañiles, peones, muleros, ingenieros o forestales que participaron en los mismos y que ponen en evidencia la dureza de las condiciones en que efectuaban estos trabajos, todos ellos, hasta las cimentaciones, realizados sin maquinaria.
El apartado de corrección de barrancos se centra en las obras llevadas a cabo en los afluentes del río Gállego, entre Biescas y Sabiñánigo, y destaca la importancia que esas actuaciones tuvieron para retener los grandes arrastres de áridos que se producían tras las fuertes tormentas y para reducir la elevada capacidad erosiva de las aguas durante las avenidas, fenómeno que también lograron reducir y evitar en gran medida.
El Balneario de Panticosa y el tramo alto del valle del río Caldarés son los escenarios en los que se centra el apartado dedicado a la contención de aludes, ya que son dos de las zonas que mayor número de infraestructuras de este tipo han requerido para asegurar las distintas instalaciones que acogen. Finalmente, Tarazona dedica la última sección a las pistas forestales, destacando las posibilidades de comunicación que abrieron entre valles, montes y pueblos que habían permanecido aislados.
En definitiva, “Piedras y Penas”, como ya sucediera con el trabajo anterior, es una síntesis de la historia Pirenaica, de aquella que a base de muros, diques y estructuras logró asegurar las laderas de los montes y las riberas de los ríos, para crear el paisaje del Pirineo que hoy conocemos.