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El carnaval se vive en Bielsa como la fiesta más importante de todo el año y no sólo por la enorme cantidad de visitantes que acuden a presenciarlo, sino porque para estos montañeses es un orgullo conservar casi intacto durante tantos años su carnaval.

Las esquillas (cencerros) de las «trangas» y el fragor del público resuenan por las calles y plazas de Bielsa, en el carnaval más conocido y visitado de Aragón. Es entonces cuando los belsetanes salen a la calle haciendo las delicias de los cientos de personas que suelen congregarse en la plaza.

La afluencia masiva de público modifica por completo la fisonomí­a de esta localidad.

Durante tres incansables dí­as los belsetanos viven una tradición que los diferentes avatares del siglo XX no han conseguido destruir ni paralizar. Sus personajes son ya famosos y conocidos, entre ellos, las trangas, seres de aspecto diabólico y semblante amenazador, que asustan a grandes y chicos golpeando con sus grandes varas o trangas al suelo y haciendo sonar las esquillas que cuelgan de su cintura. Las pieles, los cuernos y el hollí­n negro de la cara hacen el resto.

Otro personaje importante es el onso, figura animal que va fuertemente amarrada por con una cadena de hierro por los domadores, que se encargan de arrastrarlo por todo el pueblo y golpearlo en su encorvada espalda.

El oso, animal tí­pico del Pirineo, sale de su letargo invernal, representado por uno de los mozos que se envuelve en un enorme saco relleno de rebasto (hierba seca).

Frente a estos disfraces masculinos, encontramos las madamas, jóvenes belsetanas que lucen espectaculares vestidos claros, adornados con multitud de cintas multicolores, elegantemente peinadas, maquilladas y enjoyadas, simbolizando la pureza.

Son recogidas en sus casas por las trangas que las conducen hasta la plaza donde inician el baile.

El espectáculo se completa con otra serie de personajes tí­picos: el Amontato, muñeco grotesco de cartón que simboliza a una anciana sobre cuyas espaldas cabalga un hombre; el Caballé, una especie de caballo que un mozo luce en su cintura; la Garreta, disfraz confeccionado a base de pañuelos de colores; y la Hiedra, que luce un vestido enteramente forrado de hojas de esta planta.

Pero el verdadero protagonista de la fiesta es Cornelio Zorrilla, nombre del muñeco construí­do con pajas y trapos rotos, que simboliza el Carnaval. Cornelio observa la fiesta desde el balcón de la casa consistorial hasta que llega el domingo y los belsetanos, para purgar sus faltas, lo juzgarán para después condenarlo y torturarlo, concluyendo su efí­mera vida en el fuego tras recibir numerosos golpes.

Sin embargo, el carnaval empieza nada más pasar la Navidad, a partir del 17 de Enero. Para San Antón ya  la gente comienza  a confeccionar los trajes. Es en esa fecha, cuando aparecen en el pueblo unas figuras llamadas goluchos, chavales disfrazados con harapos de arriba abajo, que pasean por todo el valle de casa en casa anunciando el carnaval. Ellos dan el pistoletazo de salida y a partir de ese momento se suceden las semanas para preparar el carnaval: los trajes, las pieles, los cuernos de choto…

Uno de los trajes elaborado con más mimo es el de las madamas, hecho de seda y raso en tonos claros y decorado a mano con cintas de colores. Lo pueden lucir bien, cogidas del brazo de los otros personajes representativos, las trangas, mozos disfrazados de chotos.  Ambos bailan al son de la charanga, rodeados por el «onso», el «caballé» o el «l’omontato». Y presidiendo todo, colgado en el balcón del Ayuntamiento, el muñeco Cornelio Zorrilla, hacedor de las peores fechorí­as, que será juzgado y condenado irremediablemente a la hoguera.

El carnaval se vive en Bielsa como la fiesta más importante de todo el año y no sólo por la enorme cantidad de visitantes que acuden a presenciarlo, sino porque para los montañeses es un orgullo conservar casi intacto durante tantos años un carnaval que, a pesar de la dictadura de Franco, nunca dejó de celebrarse en este pequeño valle del Pirineo. El aislamiento, el exilio y la emigración no han podido con esta tradición que se ha mantenido con tanto empeño y aquí­ la tenemos para disfrutarla.

LOS PERSONAJES DEL CARNAVAL DE BIELSA

  • CORNELIO: Muñeco que representa al carnaval. Protagonista y testigo de la fiesta, es juzgado y quemado el ultimo dí­a de madrugada.
  • TRANGAS: Personajes interpretados por los mozos, vestidos con pieles y cuernos de choto portan una «tranca» de madera. Se dedican a asustar a los niños y a «pretarse» de una forma libidinosa a las jóvenes presentes, no en vano representan la fertilidad.
  • MADAMAS: Son las mozas solteras de entre 16 y 25, llevan un traje muy elaborado y colorido. Son recogidas de sus casas por las trangas para ir a bailar en la ronda.
  • ONSOS: dos o tres mozos se disfrazan de oso con pieles y un saco de rebasto (hierba seca). Son conducidos y golpeados espectacularmente por los domadores.
  • EL CABALLÉ: personaje que simula montar a caballo, lleva una montura de cesterí­a.
  • L’OMONTATO o LA AGUELETA: simula a una abuela portando un hombre a sus espaldas, emplea el látigo a diestro y siniestro.

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