Nerín ha recuperado su Carnaval tradicional. En un solo día los vecinos de Nerín y los numerosos visitantes celebran la llegada de la primavera recuperando la figura del Carnuz.
El Carnuz es un muñeco construido con trapos viejos y relleno de paja, que es elaborado por los asistentes a la celebración; como en el resto de las poblaciones, es el alma de la fiesta. Con él se rondará por todo el pueblo acompañados de música aragonesa y será el que presida el baile colgado de un palo. Durante la madrugada se celebra un juicio contra este personaje, y aunque tiene fiscal y abogado defensor, este último siempre pierde el caso ya que es invariablemente condenado a muerte.
Normalmente, «O Carnuz» es quemado una vez terminado el baile, aunque nunca se puede llegar a saber cómo y dónde acabará el muñeco.
Los vecinos de Nerín han querido ampliar la fiesta dando a conocer otros aspectos de su cultura tradicional, incluyendo exposiciones de artesanos locales o degustación de platos típicos. Asimismo, una vez acabada la verbena, ya de madrugada, se realiza una esquillada por las calles del pueblo.
La fiesta y la diversión están aseguradas en Nerín, que multiplica su población por unos días con la llegada de jóvenes que conocen esta fiesta desde su origen y que cada año acuden en mayor número. También los antiguos vecinos han incorporado la fiesta del Carnaval como una de las citas obligadas de su pueblo natal.