Henry Russel es considerado como el padre del Pirineismo.
Viajó a través de todo el mundo; sin embargo, escogió la montaña del Vignemale como su rincón predilecto. A sus 69 años había subido a esta cumbre más de treinta veces. Fue un enamorado de ella, hasta el punto de que llegó a solicitar la concesión del glaciar oriental del Vignemale para sí mismo. La comisión del valle de Bareges, y a cambio del pago de un franco anual, le otorgó dicha propiedad por un periodo de 99 años.
