El Parque Cultural del Río Vero forma parte de la ruta Caminos de Arte Prehistórico que ha sido declarada Itinerario Cultural Europeo junto a otros enclaves de regiones de siete países. La distinción es la misma que ostenta el Camino de Santiago y ratifica el valor singular de estas rutas culturales y de su entorno natural. Dicho reconocimiento es uno de los más importantes y ha llegado diez años después que la Declaración del Arte Rupestre del Río Vero como Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Para formar parte del itinerario se han de cumplir una serie de requisitos como estado de conservación garantizado, accesibilidad, facilidad de comprensión y gestión con oferta de actividades, visitas guiadas, centros de visitantes y otros servicios al turismo y al visitante. El trabajo comenzó en 2004, cuando se constituyó la Red Europea Primeros Pobladores y Arte Rupestre Prehistórico (Repparp) para aunar esfuerzos en la consolidación de una forma de conservación y difusión del patrimonio arqueológico.
Se ha trabajado para la creación de equipamientos y servicios y la participación en este itinerario constituye una nueva oportunidad estratégica para articular este destino con los grandes centros del arte rupestre y la Prehistoria de ambos lados de los Pirineos con las posibilidades de intensificar el desarrollo de un turismo cultural de calidad que basa en el Arte Rupestre el fomento de desarrollo territorial.
La cabecera del río Vero, a su paso por la Sierra de Guara, esconde un legado excepcional. Más de sesenta abrigos descubiertos con pinturas rupestres hacen de este lugar un verdadero museo donde pueden admirarse los tres estilos clásicos del arte rupestre europeo: Paleolítico, Levantino y Esquemático. Entre ellas destaca la Cueva de la Fuente del Trucho, única cueva aragonesa con pinturas rupestres paleolíticas.
En 1998, la UNESCO declaró al conjunto de abrigos Patrimonio Mundial, dentro de la declaración del arte rupestre del arco Mediterráneo. Este hecho supuso un empuje para la posterior creación del Parque Cultural del Río Vero. En su mayoría se trata de pintura parietal, aunque también se localizan algunos grabados paleolíticos y esquemáticos. Destacan igualmente construcciones megalíticas destinadas a usos funerarios como el dolmen de la “Losa Mora”. Una zona de Historia, paisaje y cultura.
1. Arte Rupestre Paleolítico. La Cueva de la Fuente del Trucho
Al arte rupestre paleolítico pertenecen las manifestaciones artísticas más remotas de la Humanidad. Realizadas por grupos de cazadores y recolectores que tuvieron que enfrentarse a la dureza climática dominante durante la última de las glaciaciones cuaternarias, estas representaciones pictóricas se encuentran en el interior de cuevas profundas, donde la oscuridad acentúa su sentido mágico y enigmático. Es frecuente la representación de especies animales ya desaparecidas, como caballos, renos u osos cavernarios, entre otros. También aparecen símbolos esotéricos, manos en negativo, alineaciones de puntos y trazos diversos resultando muy difícil su interpretación.
En el barranco de Arpán, afluente del río Vero, se ubica la única representación en Aragón de pinturas rupestres paleolíticas. Se trata de una cueva poco profunda, con una boca orientada al este de 25 m de ancho y 18 m de largo. La cueva se utilizó como hábitat temporal. Contiene pinturas del Paleolítico Superior (en torno a 22.000 a.C.) en negro y rojo, grabados rupestres y restos del asentamiento de hábitat. Su excavación ha permitido recuperar instrumentos tallados en sílex y cuarcita, así como restos de animales como caballos. También ha sido localizado un hogar calefactor del cual se hallan pocos similares en la Península Ibérica. Como en la actualidad no es posible penetrar en ella, en el Centro del Arte Rupestre de Colungo existe una reproducción de su interior.
2. Arte Rupestre Levantino: Chimiachas, Arpán, Muriecho, Regacens
El arte rupestre levantino es la expresión de la cultura y el pensamiento de cazadores y recolectores de frutos silvestres que vivieron en esta sierra durante el postpaleolítico hasta la llegada de la agricultura y la domesticación de animales en el Neolítico. Aparecen normalmente al aire libre, en abrigos poco profundos donde el sol penetra sin dificultad. Estas manifestaciones artísticas se extienden por la mitad oriental de la Península Ibérica, entre las sierras interiores de Almería, Cuenca y Aragón y el mar Mediterráneo. La temática es variada, destacando animales como los cérvidos y la figura humana, en general representada de forma dinámica. Las representaciones son bastante naturalistas aunque con cierto grado de estilización y en ocasiones se asocian, creando escenas narrativas de caza, rituales, combates, recolección,…
Chimiachas
Este abrigo se encuentra situado en la margen derecha del barranco de Chimiachas, al que es posible acceder a pie desde la pequeña localidad de San Pelegrín y Alquézar. La pequeña cavidad (18 x 5m), orientada al sureste, alberga una única figura pintada en rojo. Se trata de un espléndido ciervo estático de excelente factura, calidad y belleza. De esta forma se potencia la idea de realismo, fuerza y poder. Se observa el firme silueteado y relleno del interior mediante tintas planas, utilizando diferentes tonalidades de rojo. Este ciervo se considera el mejor conservado y más impactante de los existentes en el Alto Aragón.
Arpán
Se encuentra en el interior del barranco de Arpán. Se trata de un abrigo. Es sorprendente que en este pequeño afluente del Vero se hayan encontrado ejemplos de los tres estilos clásicos de la prehistoria europea: pinturas paleolíticas en la cueva de las Fuente del Trucho y los estilos levantino y esquemático representados en el abrigo de Arpán. Estas pinturas rupestres fueron las primeras descubiertas por el equipo de especialistas del Museo Arqueológico Provincial de Huesca en 1978. El abrigo de Arpán, de casi 6 metros de profundidad, posee un importante conjunto pictórico. La totalidad de las figuras son ocres y se distribuyen en cuatro paneles. Cuenta con un servicio de visitas guiadas.
Muriecho
Situado en la margen derecha del barranco del Fornocal, el entorno de este abrigo es agreste y de gran belleza. En él encontramos la escena más importante dentro del conjunto pictórico del Vero, y de gran relevancia en el Arte Levantino, destacando el gran panel central, pintado en rojo, en el que se representa una posible escena de captura de un ciervo vivo, agarrado por cuatro individuos por cuernos y patas, junto a otra figura provista de un lazo corredizo. Alrededor de esta escena, otros 32 personajes, en variadas posturas y actitudes, parecen asistir al apresamiento. A la izquierda se representan cinco figuras humanas, un signo y una cierva.
Regacens
Lo encontramos cerca de la localidad de Asque y frente a la población de Alquézar. Abrigo con pinturas rupestres levantinas. El amplio covacho, utilizado como corral de ganado, alberga pinturas levantinas y esquemáticas en negro y rojo. En la zona central existe un conjunto de cápridos levantinos, destacando una cabra a la carrera, manchas y signos.A la derecha se observan diversas manchas, cuadrúpedo esquemático, cérvido repintado, antropomorfo esquemático y digitaciones. El conjunto se completa con antropomorfos, signos y barras esquemáticos.
Arte Rupestre Esquemático
Abarca en el tiempo desde el Neolítico a la Edad de los Metales y fue obra de pueblos que ya conocían la agricultura y la ganadería. En abrigos de difícil acceso continúan pintando figuras humanas y animales muy simplificadas, signos, formas geométricas, manchas, trazos,… hasta llegar a meros esquemas de la realidad. Esta sintetización y abstracción supuso una evolución estética de las pinturas naturalistas del postpaleolítico. La interpretación de su significado y finalidad resulta difícil, por lo que algunos autores le atribuyen una gran carga simbólica de tipo religioso y ritual. El estilo esquemático es el más numeroso en el Parque Cultural del río Vero y está presente en los abrigos de Mallata, Barfaluy, Gallinero, Regacens, Lecina Superior, etc.
Dolmen de la Losa Mora
Entre las aldeas abandonadas de Otín y Nasarre, partiendo de Rodellar y dirigiéndonos al barranco de Mascún llegaremos a la gran piedra prehistórica que es el Dolmen de la Losa Mora. Observando su tamaño y su ubicación solitaria en el paisaje es fácil comprender que las gentes del lugar imaginaran fantasías para explicarse como pudo surgir semejante mole en ese enclave. De ahí que apareciera la remota leyenda que dice que por esas tierras pasó una hilandera con su rueca y una gran piedra sobre la cabeza, y que cuando llegó al lugar donde está el dolmen dejó la piedra en posición horizontal sobre otras dos que ahí estaban clavadas en el suelo. Para comprender esta leyenda hay que saber que la figura de una hilandera es una especie de hada en las mitologías remotas, que representa la vida y la muerte, ya que mientras ella hila con su rueca está viva, pero cuando se le acaba el hilo se muere, y en ese caso deja la piedra que lleva cargada sobre la cabeza para hacer su propia tumba.