“Tras la pista de Otal” es el nuevo proyecto de la joven productora Bastian Films, que acaba de rodar en Los Monegros el cortometraje “75 metros”. Desde hace poco la empresa barcelonesa cuenta con una nueva sede en Tella-Sin, y con el proyecto “Tras la pista de Otal” quiere abrir una nueva línea de productos audiovisuales centrados en el Pirineo aragonés.
El escenario del próximo rodaje será Otal, un pueblo abandonado que cobra vida el último sábado de agosto, cuando los antiguos vecinos celebran la fiesta de San Ramón. Otal, según reza la memoria del proyecto, se convierte “en el signo de contradicción de los tiempos que corren y la lucha de los vecinos para conseguir que las administraciones hagan una pista que llegue a su pueblo”.
El director y guionista de la historia es Arturo Méndiz, barcelonés de padres aragoneses que ha escrito y dirigido ya tres cortometrajes de ficción. Junto a él está Josep Moll, director del documental “Tras el futbolín”. La productora acaba de terminar su segundo cortometraje y actualmente se encuentra desarrollando tres largometrajes de ficción.
El presupuesto del documental asciende a 74.000 euros y para su financiación la productora está en contactos con Aragón Televisión, Fundación Candil, Gobierno de Aragón, y la productora Tratart Pro. Parte del material está ya rodado y el resto está previsto para los meses de junio, julio y agosto de este año.
Antes de embarcarse en esta idea, Bastian Films ha rodado “Fest”, cortometraje dirigido por José Luis Montesinos, “Ducky”, un melodrama sobre un niño autista de siete años bajo la dirección de Diego Yáker, “Arrimadores”, una comedia que supone el primer largometraje de la productora dirigido también por José Luis Montesinos, y “Noches Sabineras”, un documental que habla de los imitadores de Joaquín Sabina que han proliferado en los últimos años en Buenos Aires.
LUCHANDO POR LA PISTA
En “Tras la pista de Otal” los propios vecinos del pueblo llevarán el peso del documental. Ellos mismos contarán cómo vivían en un pueblo situado a 1.500 metros de altura, que se quedaba literalmente aislado durante el invierno, o los motivos que les llevaron a abandonarlo en los años 70.
El hilo conductor es la fiesta de San Ramón, que cada año los antiguos vecinos celebran el último sábado de agosto. El fin de semana anterior, unos pocos limpian la pista de acceso para que todos puedan hacer el camino. El día de la fiesta todos se reúnen en el puente de Oliván y recorren la distancia que les separa de Otal, primero en todoterreno y después andando. Al llegar a sus casas en ruinas, recuerdan tiempos mejores y celebran la misa. Una comida campestre, a la que acuden más de cien personas, pone fin a los actos.
La fiesta es en realidad una excusa para hablar de los problemas de los vecinos, siendo el principal la falta de una pista de acceso al pueblo. Esto dificulta la llegada de materiales para reparar las casas y la iglesia del siglo X, que está en estado ruinoso porque la falta de acceso impide llevar cemento y maderos para su rehabilitación.
En el documental, se narrará las idas y venidas de los vecinos por diferentes administraciones para que el proyecto se haga realidad. Y de forma muy concreta se critica la falta de colaboración del ayuntamiento de Broto, concejo del que dependen, ya que hasta ahora, denuncian, ha hecho caso omiso de sus peticiones.
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FUENTE: Diario del Alto Aragón