Se trata de un árbol de crecimiento lento y gran resistencia a la altitud. Se encuentra por todo el Pirineo, no solo en el Parque Nacional de Ordesa.
Este árbol de formas tortuosas, modelado por las condiciones climáticas extremas a las que se ve obligado a subsistir, se adapta a todo tipo de suelo y exposición. Ciertos pinos negros tienen más de mil años, a pesar de que el promedio de vida de la especie se valore en 800 años cuando no es atacada por los hongos microscópicos, verdaderos parásitos que se desarrollan en las raíces y ponen en peligro su longevidad.
El bosque de pinos negros alberga numerosos insectos y pájaros: las hormigas rojas aprovechan sus agujas para construir nidos, los pájaros comen sus semillas.