El sendero parte de las proximidades del fuerte de Santa Elena y discurre por el espacio multiaventura de Polituara. Las fortificaciones señalizadas corresponden al “Núcleo de Resistencia 106”, compuesto por 16 asentamientos fortificados. Este núcleo de resistencia es uno de los 20 en los que se estructuraba esta línea en Aragón, que consta de más de 4.000 fortificaciones de este tipo. Se trata de instalaciones militares construidas para evitar el paso desde la frontera, en previsión de una posible intervención de las tropas aliadas y debido sobre todo a la delicada situación diplomática del régimen de Franco. La edificación de estos elementos se produjo de forma planificada a lo largo del Pirineo para crear la denominada ‘Línea P’ (de Pirineos). Lógicamente tiene un gran interés histórico ya que, además, son obras con mucho mérito, por estar ubicadas en emplazamientos muy complicados. En definitiva, son obras singulares. El aliciente de esta ruta es la sorpresa que da encontrar estos búnkers en el paisaje, perfectamente camuflados, y, a la vez, poder conocer un poco la historia de lo que ha sido el Pirineo, claramente fronterizo, y problemático en épocas de guerra. La señalización de la ruta se compone de 16 fortificaciones, de las que pueden visitarse siete. Se quiere ampliar el sendero, y en una segunda fase se desbrozarán y limpiarán otras más cercanas a Biescas y que a su vez, sean accesibles. También se ha editado el material informativo para que los interesados sepan dónde están ubicados los búnkers. Si hay demanda suficiente, se podría incluir esta ruta en las visitas guiadas que se organizan en verano dentro del casco urbano.